Mi historia comienza en casa.
Todo empezó con una simple pasión: hornear bizcochos para mí misma, simplemente porque me encantaban. Con el tiempo, empecé a compartirlos con mi familia, y su entusiasmo fue inmediato. Fue entonces, conversando con mi pareja, que surgió la idea: ¿por qué no transformar esta pasión en un emprendimiento?
Así nació este proyecto. Comenzamos a preparar tartas y postres para la venta, y poco a poco fue creciendo. La repostería se convirtió en parte de nuestro día a día, hasta que llegó un momento aún más especial: el nacimiento de mi hijo.
El nombre Jeypops nace precisamente de esa etapa tan significativa: una combinación del nombre de mi hijo con el concepto de cake pops, reflejando el amor, la creatividad y el toque familiar que hay detrás de cada creación.